Fue una tarde de toros en Alicante, durante la Feria de Hogueras en el año 1975, más o menos. Debía de torear nuestro José Mari Manzanares o Rafael de Paula, porque Curro Romero no toreó aquellos años en la Feria, así me lo confirma Miguel Lizón , periodista y crítico de toros.
Corría 1975 y en casa nos “vestíamos de luces” ,un poco antes de hora de siempre, porque ese día teníamos compañía ilustre en la barrera.
Mi madre no se maquillaba casi pero le gustaba hacer las cosas con calma y su propio ritmo, que carácter! Más de una vez hemos tenido que esperarla y mucho porque las cosas no estaban a su gusto. Yo solo recuerdo que me decidí por un modelito de Courrèges ,que mis padre me habían regalado por mis notas ese año, de Bambola, la boutique de moda , y que me apasionaba, azul marino y blanco.
Una tarde de calor, alicantina, de esa luz de Sorolla …
Patio de caballos, picadores calentando, caballos sudorosos y mozos trabajando .
Como era ese patio de caballos , bullía!
La gente llegando cargada de bandejas , fino y alquilando su almohadilla.
Ese olor típico de la plaza antigua entre tierra mojada, humedad y orines, acentuado por el calor, pero que te hace anticipar el peligro del toro porque te lleva de golpe a la anterior, sin darte cuenta.
Y ya estábamos allí, todos esperando y llegó ella, Cayetana, la Duquesa de Alba, con unas gafas grandes , muy similares a las de mi madre, típicas de aquella época, y con su pelo natural, muy agradable y pausada, como concentrada. Nos presentaron, se acomodó y empezó la corrida.
Saludó a Alvaro Domecq, estaba Manolo Santana y Manolo Molés… mi padre, Vicente, andaba como frenético por el callejón , pero no por la Duquesa, porque siempre andaba así en Feria: que si la corrida de mañana no ha llegado, que si se ha lesionado tal torero y tenemos que sustituirlo, ya se sabe : las cosas de ser empresario .
Con nosotros en la contrabarrera, como siempre en Hogueras ,Lola Linares y Carlos Herráiz, ella tan guapísima como siempre y el arrebatador de simpático.
No recuerdo nada ,nada en absoluto ,de lo referente a la lidia, solo miraba a la derecha, adonde ella se sentaba al lado de mi madre, como bien refleja la foto de nuestro querido Cano.
Y como no, llegó nuestra merienda, que tanto sorprende a extraños y sin la que no se entienden nuestras corridas en Alicante.
A Cayetana la merienda le apasionó , sencillamente: los montaditos de hueva de atún con tomate, los de jamón de jabugo de “Monerris” o “La Gran Canaria” (que tiempos). Y la Coca amb Tonyina, que delicia, dijo! … y lo que queda : ¿me lo puedo llevar, Ana Mari ,para el viaje de vuelta? Y mi madre contestó: por supuesto que si!
Ella era así, solo se parecía a ella misma.
Era la época dorada de Alicante, en cuanto a Toreo y a otras cosas, de las que ya hablaré en otro post…
Lo pasamos en Grande, era una señora de los pies a la cabeza, de eso no hay duda!
Que te quiten lo bailao Cayetana!