El Burro y la zanahoria ????
Dice la fábula que para que el burro tire del carro hay que ponerle una zanahoria delante, lo bastante cerca para que crea que está a punto de alcanzarla pero a su vez, lo suficientemente lejos para que no lo logre.
Después de 5 larguísimas semanas, que primero fueron 2, luego 4, luego 6, ya vamos para 8 y veremos si para 16 como dice la canción, hemos pasado de estar asustados a estar muy preocupados.
Estas semanas han sido un tiempo de reflexión, aprendizaje y de darnos de bruces con una realidad impensable, que tal vez Dios para los creyentes o las fuerzas de la naturaleza en búsqueda de su equilibrio, para los que no lo son, ha parado nuestro mundo, ha confinado a la población y ello ha hecho que como humanidad nos enfrentemos al mayor reto conocido en tiempos de paz.
Hemos descubierto en este tiempo que no somos dueños de nuestro destino, que han caído torres altas y otras que no lo eran tanto, que todos somos iguales sin distinción de ricos y pobres, ni del norte ni del sur, y que en la vida todo es cuestión de prioridades, y en estos momentos nuestras prioridades han cambiado por completo.
Parece ser que en lo poco que estamos de acuerdo es que volveremos a un mundo distinto del que dejamos el 14 de marzo. Nuestras empresas habrán cambiado o tendrán que cambiar, nuestro trabajo será diferente para amoldarse a esos cambio, y en suma , recordaremos la frase de que no sobrevive el mas fuerte sino el que mejor se adapta a las nuevas circunstancias.
Mientras tanto observamos como nuestros dirigentes están más preocupados en cómo deben hacer las cosas, que en las cosas que deben hacer, sin saber aún cuales son , lo que nos sigue dejando encerrados en casa en un mar de dudas.
Nos jugamos tanto!!!
En primer lugar nos jugamos nuestra propia democracia, tal vez en sus horas más bajas, más débil , pues aprovechar estados excepcionales para debilitar los derechos fundamentales que tanto nos costó conseguir es pisar un terreno muy peligroso.
Nos jugamos el concepto de Europa, ya que la Unión Europea debe estar a las duras y a las maduras, y ahora ha tocado la parte mas dura . Si no que sentido tiene ceder parte de la soberanía a esta estructura supranacional que debe actuar como una familia y salir al auxilio del miembro que lo está pasando mal si llegado el caso mira para otro lado.
Y desde luego , nos jugamos el concepto de globalidad como todo concepto contrario a la compra y contratación de bienes y servicios de proximidad. No debemos olvidar quien nos sacó las castañas del fuego en estos días tan duros: las empresas de la provincia, las de nuestra localidad, las de nuestra calle, los mercados municipales, la industria textil, los industriales del calzado, las frutas y verduras de nuestra huerta, y otros tantos: que no se nos olvide, que la memoria a veces es muy corta y desagradecida cuando superamos la adversidad.
Ahora que ya hemos cantado, salido a los balcones a aplaudir, hemos sido obedientes estando en casa , necesitamos certezas. No podemos conformarnos con cantar y aplaudir, eso no nos solventará el futuro. Tanto la sociedad como el sector empresarial necesitan un mensaje cierto, una planificación con garantías, una hoja de ruta que genere confianza, y ahora precisamente es lo que falta.
Las empresas no pueden estar pendientes de nuevos plazos sine die, el teletrabajo y el trabajo no presencial no debe ser la solución a no sabemos qué, en una provincia donde esta paralización de la actividad ha dado como resultado 25.000 ertes con mas de 125.000 personas afectadas que no saben que va a ser de ellas, porque según tarde la vuelta a la actividad el impacto en el mercado de trabajo y en la actividad productiva puede ser mortal para muchas de ellas.
Recordar la historia de ese pueblo que venía azotado por la crisis, donde todos tenían deudas y vivía a base de créditos. Donde por fortuna llego un millonario y entró en el único hotel del lugar, pidió una habitación , puso un billete de 100 euros en la mesa del recepcionista y se fue a ver las habitaciones:
-El jefe del hotel cogió el billete y salió corriendo a pagar sus deudas al carnicero
-El carnicero cogió el billete y corrió a pagar sus deudas al criador de cerdos
-Este salió a pagar sus deudas al molinero que proveía de alimento para los animales
-El molinero tomó el billete y liquidó la deuda con María, la prostituta, que con el billete en la mano acudió al hotel donde llevaba a sus clientes a pagar su deuda al dueño del hotel
En ese momento baja el millonario que acaba de echarle un vistazo a las habitaciones y dice no convencerle ninguna, toma el billete y se va.
Nadie ha ganado nada pero toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza.
Pues eso, que ruede el dinero, necesitamos liquidez, que se pague a los proveedores, y estos a los suyos, y estos a los suyos, porque es la única manera de poder mantener las empresas y los puestos de trabajo. Gracias a todas las empresas que se han esforzado en hacer real esa liquidez poniendo el dinero en circulación liquidando obligaciones con sus proveedores. Y demandamos que las autoridades vigilen a los bancos para que esa liquidez sea real, que por ahora hay más sombras que luces. En tiempos adversos es cuando se demuestra la grandeza y las miserias de la gente.
Hoy después de 36 días en casa, tengo claro que saldremos adelante, no será fácil pero lo haremos, pero necesitamos creer que nos ayudarán a conseguirlo, y para eso exigiremos líderes solventes que apuesten por la coordinación y colaboración y no por la confrontación o lucha de egos.
No es el momento de hacer política, es el momento de buscar a los mejores para construir un equipo que diseñe la estrategia que nos ponga pronto en funcionamiento. Certeza , confianza y planificación para que nadie se quede atrás . Una sociedad fuerte, sana y justa , con voz , con capacidad de influir en las instituciones , esa es la única que nos sacará adelante.
PD.- Por cierto , a mi no me gustan las zanahorias ????.
Marcela Fernández Losada.
Abogada. Presidenta de la Asociación de Empresarias, Profesionales y Directivas de la Provincia de Alicante (AEPA)