No es ningún secreto que la sanidad española está en crisis desde hace tiempo, y que el Gobierno no ha conseguido aún solucionar el problema. Se colapsan los hospitales, se alargan las listas de espera, faltan especialistas, y el descontento popular aumenta cada vez más.
La Sanidad Pública española es una de las mejores del mundo, pero esto a veces también implica un coste mayor, para poder así mantener las prestaciones de un servicio sanitario que atiende a una población que envejece y cuya esperanza de vida aumenta progresivamente.
La realidad del sistema de Sanidad Público es realmente alarmante, ya que, a causa de los recortes, los hospitales han sufrido graves problemas de déficit en cuanto a infraestructuras, equipamientos y personal médico. Se refuerza la Sanidad Privada y se privatizan hospitales públicos mientras que la Sanidad Pública sufre más carencias cada día que pasa, además del polémico euro por receta que ya se aplica.
En cuanto a la Sanidad Privada, nos encontramos con que en España existen 6’8 millones de asegurados que hacen posible la sostenibilidad de este modelo sanitario. Además, y según Manuel Vilches, director del Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS), la Sanidad Privada, entre otras cosas, “da servicio a unos 7 millones de personas, ofrece un servicio sanitario complementario, genera empleo altamente cualificado, y tiene un peso económico elevado en el sector productivo español”.
El problema de toda esta gestión sanitaria, según Jaume Puig-Junoy, experto en la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, recae en que “detrás de esto lo que hay es una burbuja hospitalaria en Madrid y en otras comunidades frenada en seco con la caída de ingresos públicos en 2008”, a causa de la crisis económica.
Aun así, no se puede concluir cuál de los dos sistemas es mejor al otro, ya que no existen estudios públicos sobre sus fortalezas y debilidades ni transparencia de datos, pero lo que sí que está claro es que hace falta un cambio en ambos modelos para que la Sanidad pueda ser sostenible y, sobre todo, un bien accesible para toda la población.
