Lo de ser bloguero tiene su punto, aunque soy tan nueva en esto que no me veo aún como una de ellos .Es más sería capaz de reivindicar , una majadería tal, como: La libertad de no escribir!
Pero si me apunto a todas las cosas, buenas y malas , que conlleva esta afición o profesión, para muchos… aunque el tener que publicar todos los días me parece sobrehumano, y admiro a quienes lo hacen, como José María Jiménez , Carlos Bravo y Sonia Rujas.
Ellos son mis ídolos y cuando “sea mayor” quisiera parecerme a ellos en todo lo que se refiere a ese arte, el de escribir en tu propio blog.
Son organizados, ordenados, se inspiran en cualquier situación, y además lo anotan para no olvidarse, ( ahora duermo con lápiz y papel ), ven donde otros no aciertan a ver…en fin que tienen todas esas cosas que se aprenden con la práctica y el tiempo, porque nacer… no creo que se nazca bloguero!
Siempre que se empieza algo, como un blog, se necesita un esfuerzo extra.La puesta en marcha , el diseño, las fotos, el hosting, el stock de posts, porque hay que tener un saco lleno y programarlos….
La tensión de saber si va a tener buena acogida lo que escribes, la presión de conseguir lectores, seguidores más bien, el estrés al que nos sometemos nosotros mismos, es muy grande, verdad Angel Banegas?
Si quieres hacer de tu blog tu fuente de ingresos principal, pues entonces ya ni te hablo. Puedes llegar a volverte un poco neurótico, buscar inspiración por todos lados y escribir a todas horas.
¿Pero y la libertad de NO escribir? ¿Y si no me da la gana de escribir?
¿Horror!, se olvidará Google de mi?, ¿peoraún: me echarán de menos mis suscriptores?
Todo tiene su medida y proporción, creo yo, nada en demasía es bueno, ni para la salud mental ni para la física.
Yo levanto mi copa y brindo por quienes han encontrado el punto medio y la regla de oro!
