Cuando aún no se han casado tus hijas, y se casan los hijos tu mejor amiga, pasas por una experiencia muy especial.
Esos niños han estado en tus brazos, los has visto crecer, les has cambiado el pañal unas cuantas veces y son casi como tuyos…
Nunca pensé que fuera tan fuerte emocionalmente pero : si, lo ha sido!
En el mismo año se han casado la hija y el hijo de mis mejores, muy amigas y eso marca!
Además de emociones fuertes, en la boda de la hija de mi amiga, grandes dosis de amor, cariño, reencuentros con amigos y mucho baile, regado todo con buenos caldos. Que más se puede pedir?
Pues eso, llorar y emocionarse, ver pasar por delante de ti todos esos años, desde que tu amiga lucía barriga, casi al mismo tiempo que tu marcabas el mismo tipo, recordando, mientras se deslizan por el pasillo de la iglesia, los ratos geniales y no tanto, que has disfrutado con ellos.
Los baños en Altea, los batacazos entre los pantalanes, las quemaduras de sol, a pesar de las capas de cremas… y las papillas del Thermomix !
El cine, las palomitas, las piscinas y los bocadillos de esa merienda clásica, la playa, los colegios, las cantidades de mercromina ( alias Mercuriocromo) que hemos vertido juntas!
Y lo que nos queda, que ahora vendrán los pequeños, y otra vez a cambiar pañales y con muchas ganas, cierto?
Os quiero mucho Amigas!