Desde que era muy joven, la moda ha sido una pasión inquebrantable en mi vida. Recuerdo con cariño cómo mi interés por este mundo se despertó a través de los accesorios: primero los zapatos, luego los bolsos y los sombreros. Para mí, la moda siempre ha sido una forma de arte, y vestirse, una expresión de creatividad y estilo. Esta pasión me llevó a vivir experiencias únicas en el mundo de las pasarelas y el diseño, aunque acabé estudiando Historia del Arte en Barcelona.
Inicios en las Pasarelas
Mis primeros pasos en el mundo de la moda los di participando en desfiles benéficos organizados por mi querida Aurora de Bambola. Fue una época maravillosa en la que descubrí la emoción de desfilar y la satisfacción de contribuir a buenas causas.
Mi gran oportunidad llegó de la mano de Francis Montesinos, quien me descubrió en Pachá Benidorm. Desfilar para él en Valencia fue un sueño hecho realidad. Montesinos no solo es un diseñador icónico, sino también una fuente de inspiración que me enseñó la importancia de la expresión y el carisma en la pasarela. Ser modelo publicitaria, ahora para Bolsalea, me ha permitido disfrutar de la moda en su máxima expresión y descubrir la importancia de ser expresiva y auténtica en cada sesión de fotos o video.
Transición al Diseño de Calzado y Marroquinería
Con el tiempo, mi carrera en la moda evolucionó y me adentré en el sector del calzado y la marroquinería. Diseñar líneas de calzado para mujer y bolsos de fiesta fue, gracias a mi marido Manuel Bonilla, una extensión natural de mi pasión por los accesorios.
Crear estos productos me ha permitido combinar mi pasión por el diseño con mi deseo de ofrecer piezas que realcen la belleza y el estilo de quienes los usan.
Los trunk shows que hice durante varios años en Estados Unidos me enseñaron a empatizar con la gente , sus gustos y necesidades, a modelar zapatos, que no es fácil y a hacer mucho networking: New York, Dallas, Los Ángeles, Miami, San Francisco , Sacramento, Saint Louis, Atlanta, Charlotte… incansable!
Reflexión Personal
Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que mi amor por la moda ha sido una constante en mi vida. Vestirse es un arte, y defender la moda, especialmente por parte de las modelos profesionales, es un logro significativo. No es solo cuestión de desfilar; es necesario ser expresiva, disfrutar del momento y transmitir una historia con cada paso.
La moda me ha dado la oportunidad de expresarme, de crecer como persona y de conocer a personas increíbles que comparten mi pasión. Cada desfile, cada diseño, ha sido una experiencia enriquecedora que atesoro.
La moda ha sido y siempre será una parte esencial de mi vida. Desde mis primeros desfiles benéficos hasta mis diseños de calzado y bolsos, cada etapa ha contribuido a mi desarrollo personal y profesional. Y aunque este artículo es solo un breve vistazo a mi trayectoria, espero que refleje la alegría y la dedicación que siempre he puesto en todo lo que hago en este maravilloso mundo de la moda.
Edadismo
Un aspecto muy importante para mí es la lucha contra el edadismo, una forma de discriminación que afecta especialmente a las mujeres mayores de 50 años. En nuestra sociedad, los estereotipos de belleza ejercen una enorme presión para que nos mantengamos jóvenes más allá de lo natural y saludable. Esta exigencia desmesurada no solo es injusta, sino que también tiene consecuencias graves, como problemas de anorexia, baja autoestima y adicciones a tratamientos estéticos. Es fundamental reconocer que la belleza y el valor de una persona no disminuyen con la edad y que todas las mujeres merecen ser valoradas y respetadas en cualquier etapa de su vida.
